Nahualismo o nagualismo

Etimología:

Náhuatl: Nahuallotl, nahualismo.
Abstracto de Nawalli, chamán.

Referencias

Nahualismo o Nagualismo
Chamán y chamanismo

Definición:

El nagualismo es la versión mesoamericana del chamanismo universal. El chamanismo surgió en el Paleolítico Inferior como un intento de darle sentido a la existencia humana. Penetró en América con los migrantes asiáticos, hace entre 40 y 13 mil años. En América encontró condiciones propicias, pues, a diferencia de las civilizaciones del Viejo Mundo, que excluyeron a los chamanes de la vida social, las civilizaciones de América los integraron como una casta sacerdotal.
El nahualismo es producto del contacto del chamanismo con la civilidad. En Mesoamérica se revistió con el lenguaje de la Toltequidad y se desarrolló hasta conformar una doctrina coherente centrada en el desarrollo del potencial perceptual. Según informaron los cronistas de Indias, el nahualismo manejaba sobre todo dos técnicas: el consumo de plantas psicoactivas y el dominio de los sueños:
“Ciertos hechiceros llamados nahuales… pierden la conciencia, entran en un profundo sueño y les son revelados hechos secretos… El Diablo puede turbar los sentidos de alguien, haciendo que se suma en un profundo sueño…, de tal suerte, que ven prodigios y tienen la visión de hechos que han ocurrido muy lejos, aunque su cuerpo no haya ido allá.” (Andrés de Olmos, Tratado de las Hechicerías)
El hecho de que el título Nawalli signifique por sí mismo sabio, indica que el nahualismo también le prestó atención al desarrollo del intelecto. Este desarrollo sobre el chamanismo universal fue testimoniado por el cronista Hernando Ruíz de Alarcón:
“Este género de brujos nahualles son diferentes de las brujas de España. He oído muchos casos exquisitos y fuera de lo que se sabe de otras naciones y gentes acostumbradas a tener pacto con el demonio.” (Tratado de las Idolatrías)
El nahualismo se perpetuó a través de cofradías llamadas en náhuatl Nawalmekayotl, linaje de sabiduría.
Con la invasión de América a inicios del siglo 16, el nahualismo entró en una fase de persecución, pues las autoridades católicas se ensañaron con los nahuales, como afirman las fuentes:
“La bruja llamada nahual fue quemada, porque, quienes son llamados sortílegos o magos, deben pagar sus culpas en una hoguera, pues Dios desea que los malvados sean quemados.” (Andrés de Olmos, Tratado de las Hechicerías)
Los nahuales respondieron a la persecución con estrategias de supervivencia. Encriptaron sus conocimientos mediante un lenguaje especializado al que los nahuas llamaron Nawali’toa y los mayas Suyuat’an, habla oculta, y descompusieron las partidas en células de tres miembros a las que Fray Andrés de Olmos apodó “tríadas infernales”.
En la Colonia, los nahuales se dedicaron a impartir ciertas unciones a las que llamaron “exsacramentos”, pues funcionaban como ritos de despojo para liberar psicológicamente a quienes habían sido cristianizados por la fuerza. En los pueblos que conservaban estructuras de dominio prehispánicas, como los mayas, los nahuales emergieron de forma pública para impulsar cientos de alzamientos genéricamente conocidos como guerras de castas, primero contra el dominio español, luego contra los estados criollos.
En la segunda mitad del siglo 19, aprovechando ciertas libertades adquiridas por la sociedad civil, los nahuales se reorganizaron brevemente y asomaron sus rostros, según testimonió en 1895 el antropólogo norteamericano Daniel Brinton:
“En los últimos siglos, (el nagualismo) ha sido reconocido como un culto poderoso cuyos miembros utilizan extrañas facultades, que ha preservado hasta nuestros días el pensamiento y la forma de un ritual largamente suprimido.” (Un estudio sobre el folklore e historia nativa de América)
Sin embargo, el auge de la modernidad relegó al nahualismo al ámbito del mito hasta 1968, cuando el antropólogo peruano Carlos Castaneda los redescubrió y dio a conocer en todo el mundo.
Frank Díaz

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